Cerdeña—paraíso de agua y montañas

Minicrucero por el golfo de Orosei

Minicrucero por el golfo de Orosei

Cerdeña es una isla italiana en pleno mar Mediterráneo, al sur de Córsega. Son kilómetros de costa y playa y montañas y naturaleza por donde mires. La capital es Cagliari, donde está uno de los aeropuertos, y los otros están en Alghero, Olbia y Arbatax. Es importante elegir bien dónde volar según los lugares que quieras visitar, porque la isla es bastante grande⁠—de norte a sur en auto son casi 4 horas. Nosostrxs (fui con Agus y mi mamá) fuimos a Alghero a la ida y volvimos desde Olbia.

Una de las características más hermosas de la isla son los caminos montañosos por los que vas con el auto, entre ciudades y pueblos o para llegar de playa a playa. Montaña tras montaña con muchísima vegetación por donde mires y una infinidad de molinos de viento que no podíamos creer. Definitivamente, una de las mejores cosas que tuvo este paseo. Ahora, si te dan impresión los caminos de curva y contracurva entre montañas, quizás esta aventura no sea para vos.

Alquiler de auto

Tema no menor en Italia, en especial para quienes vienen de España. Para alquilar auto te piden tarjeta de crédito a nombre del conductor. Si querés pagar con débito tenés que pagar un cargo adicional, que en realidad es un seguro a todo riesgo. En nuestro caso, alquilamos en Sicily by Car a través de una agencia online que se llama DoYouItaly, y por pagar con tarjeta de débito nos cobraron 30 euros más por día.

Vista desde la costa oeste de la isla

Vista desde la costa oeste de la isla

Otro tema gravísimo que está pasando en Italia son los robos en los autos. A nosotrxs nos pasó en el último día de este viaje y a raíz de eso muchas personas me compartieron que también les había pasado o conocían a alguien que les había pasado. Así que mi recomendación para Italia es no dejar nada en el auto, ni siquiera en el baúl, porque pueden abrir todo sin forzarlo.

Al final de esta nota, comparto nuestra experiencia.

Hospedaje en Sassari

Por una cuestión de precios y cercanía con playas que nos interesaban, elegimos quedarnos al norte, en Sassari, una de las ciudades más importantes de Cerdeña. Súper tranquila, con un centro bastante escaso de restaurantes y locales abiertos para ser agosto. Acá nos hospedamos 4 noches y nos encantó, así que lo recomiendo.

Vamos a la playa

Bueno, hay opciones de playas y calas para todos los gustos. Visitamos 4 desde Sassari y el último día fuimos hasta Cala Gonone a tomar un minicrucero por el día y visitamos otras 3.

Ezzi Mannu

Ezzi Mannu es una playa larguísima de arena y guijarros que tendrá aproximadamente 15 metros de ancho y se encuentra en la región de Stintino. Por lo que me dijeron, fuera de agosto es súper tranquila, pero cuando fuimos nosotrxs estaba explotada. Lo bueno es que tiene un chiringuito para almorzar o comprar algo fresco y baños. El agua es cristalina y hermosa, aunque había bastante sargazo. Estuvo bien para ser el primero día, y a eso de las 4 de la tarde decidimos encarar para la famosísima La Pelosa, a solo 25 minutos.

La Pelosa

La Pelosa es una de las playas más famosas de Cerdeña y tiene con qué. Cuando vas llegando por la ruta que después se convierte en un camino costero, la empezás a ver desde arriba y la emoción es total y absoluta. No podría describir el color del agua en palabras, pero se me viene a la cabeza algo que dijo mi invitada del episodio 4 del podcast. Decía algo así como: azules de todos los colores. Ella hablaba de Antártida pero quizás eso se acerca un poco a contar lo que vimos en La Pelosa.

La Pelosa, Stintino

Es verdad que la playa está colapsada de gente, pero nosotrxs fuimos por la tarde (dos días seguidos), nos quedamos alejados del montón y estuvo muy bien. Para visitarla hay que hacer una reserva y pagar 3,5 euros por persona, ya que tiene aforo. Además, si quisieras desplegar la toalla o manta, tenés que poner una esterilla debajo para no llevarte arena cuando te vas. Sí, así como leés.

Nosotrxs no habíamos reservado porque pensábamos ir un rato nomás y resulta que al costado del chiringuito que está a la derecha de la entrada, la playa es libre y gratuita. Es de arena blanquísima y muy finita, tipo harina, pero en ese sector es todo roca. Igual la mayor parte del tiempo estuvimos en el agua o caminando a lo largo de la costa, así que dejamos las mochilas en un lugar mas o menos seguro y nos fuimos a nadar. Eso sí, el parking es pago, al menos en temporada alta.

Spiaggia di Balai

La playa di Balai es más cala que playa. Nos tocó un día muy ventoso así que la aprovechamos a medias, pero sin viento debe ser increíble porque el color del agua es espectacular y está enclavada entre dos rocas. También tiene chiringuito arriba para comer algo rápido al mediodía y ducha para sacarse la sal y la arena antes de volver al auto.

Como el viento no aflojaba, dimos algunas vueltas con el auto buscando una playa más resguardada y terminamos de nuevo en la Pelosa, ahora que ya sabíamos que existía ese sector libre y gratuito.

La Marinedda

La Marinedda se llevó mi corazón. Es una playa súper amplia, de arena gruesa o guijarros muy chiquitos y es de esos lugares que te querés quedar todo el día hasta última hora. Estaba concurrida y aún así había más que suficiente espacio entre sombrillas y toallas. También vimos que había canchas de volley y un lugarcito para alquilar standup paddle. Tiene dos o tres chiringuitos con vista espectacular y también ofrecían comida al paso para llevar. Además baños disponibles y duchas a 1 euro. Acá vimos varias medusas, supongo que es pura suerte y depende del día.

Esta isla tiene una playa cada 30 minutos, así que es cuestión de agarrar el auto y buscar la que más te guste, dependiendo de tu estilo y lo que estás buscando ese día en particular.

Minicrucero por el golfo de Orosei

Nuestro último día fue de los más activos, salimos de Sassari temprano para llegar a cala Gonone a horario. A las 12 sale el último barco al golfo de Orosei y te lleva a tres calas o playas de la costa este de la isla. Compramos los tickets en la agencia Pegaso, cerca del puerto. Encontrar lugar para estacionar ahí es difícil, así que la agencia nos recomendó dejar el auto en un estacionamiento gratuito un poco alejado (Loc. Iscrittiorè) que tiene un transfer que conecta con el puerto. Acá es donde nos robaron. En breve les cuento qué pasó.

Antes, el paseo en barco. Sale del puerto de cala Gonone y se detiene en diferentes lugares para ver de lejos algunas calas o rocas interesantes para que la gente pueda sacar fotos o simplemente asombrarse de la belleza del agua.

Cala Luna desde adentro

Cala Luna

Primera parada, cala Luna. La playa se metió en la montaña y eso hizo que se formen unas cuevas donde ahora la gente se refugia del sol. La imagen más conocida es desde adentro de la cueva, mirando la abertura de la roca hacia afuera, y al fondo el azul del mar. El agua es transparente, y el paisaje es hermoso, pero había bastante gente. De todas las que visitamos, fue la que menos nos gustó.

Cala Mariolu

Segunda parada, cala Mariolu. Playa de piedras blancas, agua traslúcida, y peces de colores. Había mucha gente también, pero bueno, sabíamos que agosto era así. Igual la disfrutamos muchísimo, hicimos snorkel, tomamos mate y sacamos varias fotos. Acá hay un chiringuito muy mini, pero chiringuito al fin.

Cala Goloritzé

El obelisco de cala Goloritzé

El obelisco de cala Goloritzé

Acá solo se detuvo el barco y el capitán nos contó sobre la roca gigante de 147 metros de altura que caracteriza el paisaje de esta playa y le dicen “el obelisco”. La cala se mantiene bastante virgen porque no se puede llegar en auto, solo por mar o por tierra en modo trekking, a una hora y media de caminata. El agua es de un azul increíble acá también. Hubiera sido hermoso poder bajar, pero limitan las visitas en temporada alta.

Cala Sisine

Última parada, cala Sisine. Para cuando llegamos a esta cala, que es super amplia y podría llamarse también playa, no había casi nadie. Fue una maravilla poder darnos un último chapuzón en este lugar soñado entre montañas, en silencio, hacer la plancha, mirar el cielo. Fue un momento de quietud que agradecí mucho.

Última noche y robo-no robo

De vuelta a la realidad, volvimos con el barco hasta cala Gonone, buscamos el auto y nos fuimos para Siniscola, un pueblo en la región de Nuoro, para pasar la última noche. Nos esperaban los dueños del departamento que alquilamos, ahí fue cuando abrimos el baúl y nos dimos cuenta de que nos habían robado. Fue todo miedo y desesperación durante los primeros 30 minutos hasta que encontramos los pasaportes. Una vez que los encontramos, revisamos bien nuestras cosas y, si bien habían sacado todo de nuestras mochilas, no se terminaron llevando nada. No habíamos dejado nada de valor y tampoco se llevaron la mochila entera, por suerte, como les pasó a otras personas que conozco que las dejaron sin nada. Conclusión: no dejar nunca nada en el auto en Italia, ni siquiera en el baúl.

Una vez resuelto el tema robo y ya con más tranquilidad, fuimos a cenar al mejor restaurante que nos podía tocar para cerrar este viaje, Il Talismano. Comimos en un jardín divino, los platos deliciosos, nos atendieron bárbaro y así fue como este pueblo nos terminó de enamorar.

Al día siguiente, temprano a la mañana, con ganas de quedarnos varios días más ahí, salimos para el aeropuerto de Olbia para volver a casa.

Esta isla es tan grande que te permite realmente hacer tu propia aventura. Me quedo con ganas de hacer hikes hasta las playas más inaccesibles, y de conocer otros pueblos como Siniscola, donde nos recibieron con tanto amor.

Si te gustó conocer sobre este viaje o tenés alguna pregunta sobre esta u otras experiencias, acá estoy.

Nos vemos en el camino,

Flor.

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Flor Tracchia

el otro mapa es un blog en el que comparto mis experiencias viajeras y converso con otras personas sobre destinos singulares, maneras de recorrer el mundo y otros temas que me dan curiosidad en relación a los viajes

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